domingo, 30 de octubre de 2016

Las flores

Una vez tuve un jardín lleno de flores.
Era la mejor vista para todos aquellos que querían poseer uno.
Yo, regalaba flores cada primavera ha aquella personas que iban a verlas pero, en una primavera no volvieron a florecer.
No quisieron recibir al sol y comenzaron a marchitarse
Yo en mi ignorancia no sabía que pasaba hasta que un día comencé a preguntarme: ¿Por qué las regalaba?
Las flores eran felices en el jardín; entre ellas. Les gustaban que las vieran pero cuando las regalaba las personas se cansaban de admirarlas y las dejaban morir, desechandolas cruelmente.
Las flores en su miedo no quisieron volver a florecer, no querían ser juego de algo cruel.
Y ese jardín que tenía lleno de flores, ahora no es mas que un jardín cerrado y marchito.
Fuera de las miradas, fuera de espectadores.
Sin flores ni arboles.
Sin nada que admirar.

domingo, 24 de julio de 2016

Escudos

Vivo escapando de la constante tristeza que me acecha; aunque algunas veces logra alcanzarme, dejo amarrarme y encerrarme dejando que haga conmigo lo que le plazca. Así soy yo, entre tiempo y tiempo no se quien soy hoy no sé quien seré mañana sólo se que estoy dañada y que la tristeza me ha alcanzado pero, esta vez no he querido escapar. La tristeza es una perra, su belleza es su arma y yo siempre caigo a sus pies, tiene un poder de convencimiento admirable y yo soy de una mente demasiado débil, ella hace lo que se le antoja y quiero algunas veces levantarme y ella me hace caer de nuevo en su vacío, en su interior y me pierdo en ella. En su belleza, en su atención, en su inigualable sonrisa y así es como engaña... Así es como me engaña, descaradamente y sin escrúpulos sin importarle nada, sin importarle yo y pensar que ahora siento como si para mi misma ni yo me importo. 

domingo, 24 de abril de 2016

Lejos

Mis días donde terminan siendo largos, te recuerdo.
Cuando la noche se alarga y el sueño no parece venir, recuerdo cada cosa, cada facción, cada respiración de ambos.
Recuerdo en las frías noches tus suaves caricias, tu respiración pegada en mi cuello y tus ojos mirando los míos.
Mi corazón pareciera que fuera a salirse en cada uno de esos momentos en los que debería supuestamente detenerse.
En mi cabeza el tiempo no se detiene, se acelera.
Por eso odio un poco los días solitarios, los días en los que no puedo verte.
Porque ahí es donde el tiempo corre más lento, donde las agujas de reloj parece pensar si avanzar o no.
Es como una maldición, es como si las horas se burlaran de mi.
Trato de jalar los días para volverte a ver pero es imposible, debo esperar...
Esperar que los días pasen lentos; y cuando finalmente te veo el tiempo pasa a través de mis dedos como arena.
Odio tanto eso...
Odio no poder estar contigo infinitamente hasta saciarme de ti,
Odio no estar contigo hasta que me fastidie de tu presencia.
Odio no poder dar todo mi amor en un solo día,
Odio frustrarme.
Odio quedar tan melancólica cuando te vas y quedar tan vacía.
Eso es lo que siento exactamente hoy, vacío.
Vacío que no se llena con nada solo contigo.
Y tu estas tan malditamente lejos...
Te siento lejos; y me lleno de tantas inseguridades que no se como calmar mi cabeza.
Ella es otra que me tortura en los días en lo que puedo pensar tranquilamente, y ella no calla.
Habla, habla y habla... esperando que yo le haga caso.
Pero llego a ser más fuerte que ella, bueno...
Algunas veces...