jueves, 12 de enero de 2012

Una pequeña historia.

  Aquel lago donde había sido testigo de sus tardes mas dolorosas, ahí estaba ella de nuevo llorando como lo hacia cada día, recordando cada momento, cada caricia, tomo de nuevo su libreta y volvió a escribir uno de sus tantos escritos deprimentes como ya era costumbre, ella pensaba que ya no volvería ser feliz que ya todo estaba perdido, el se había llevado su vida para siempre y ella ya no era más que un cuerpo sin vida, cansado de vivir, un pequeño ruido hizo que ella saliera de su mundo, de aquel mundo lleno de lágrimas
  —¿Quién esta ahí?— Dijo ella asustada se levanto de aquel suelo frío y solitario. Tomo su libreta y volvió a guardarla en el bolso en donde unos momentos estaba, tomo su bicicleta y ya estaba a punto de marcharse
  —No te vayas, no era mi intención asustarte— Una voz tierna y aterciopelada, ella volvió a mirar hacia los arboles pero no veía ninguna imagen a ninguna persona
  —¿Quién eres?— Pregunto asustada, se monto en su bicicleta lista para dar marcha y desaparecerse de nuevo
  —Estoy aquí— 
  Ella volteó y pudo verlo un chico, blanco de pelo un poco castaño, alto y un tanto flaco vestía un suéter y un blue jeans
  —¿Te conozco?— Ella nunca lo había visto y menos aquí
  —No pero, te he visto muchas veces aquí— El al igual que ella tenia una bicicleta y un pequeño bolso
  —¿Cómo me has visto?— Ella se bajo de su bicicleta volviéndola a dejar en el suelo, no esta asustada
  El se bajo de su bicicleta y también la dejo en el suelo se acerco a ella y la vio a los ojos, por un momento ella se sintió incomoda, ella desvió la mirada, el se sentó en el suelo donde ella en unos minutos estaba ella al ver esa acción termino de limpiarse la cara y sentar al lado del chico de ojos cafés
  —No respondiste mi pregunta ¿Cómo me has visto?— Volvió a preguntar ella concentro su mirada en el chico de ojos cafés pero este solo miraba el atardecer ella desvió su mirada hacia donde el chico miraba y quedo hipnotiza por como el sol se ocultaba haciendo que el cielo tuviera tonos de colores hermosos. 
  —Siempre vengo aquí a dibujar— Dijo el chico ella volvió a mirarlo— Te he visto un par de veces, siempre lloras ¿Por qué?—Esta vez el chico la miro a los ojos haciendo que ella sintiera una descarga eléctrica sus ojos la hipnotizaban 
  —Cosas personales— Ella miro el suelo —Tengo que irme— Ella se levanto de prisa ocasionando que el chico también lo hiciera y su block cayera al piso y sus hojas se regaran 
  Ella corrió y también tomo las hojas a pesar que el decía que no importaba que el podía solo pero ella quedo perpleja cuando vio los dibujos, la mayoría eran de ella, ella sentada en el mismo lugar escribiendo o llorando 
  —Siempre creí que eras un lindo paisaje para dibujar— Dijo el con la mirada un poco sería y pidiendo perdón con los ojos
  —Son... son hermosos— Decía ella pasando de un dibujo a otro, era increíble como el tenía ese talento tan hermoso ella lo miro de nuevo— Toma —Le dio los dibujos—Tu talento es increíble— 
  —Muchas gracias— Dijo el y guardo sus dibujos en el block 
  Desde ese día el chico y la chica se veían a la misma hora en aquel lago, era increíble como se hicieron mejores amigos en tan poco tiempo, ella se enamoro pero mantuvo todo el secreto el nunca supo nada, aunque la chica quiso en varias ocasiones decírselo no podía, recordar el motivo por el cual ella venia a este sitio era un dolor, que a veces la invadía de nuevo, era inevitable, pero así fue un día el no volvió, ella iba cada día a la misma hora pero nunca supo más de el, hasta ese día que vio en el periódico su foto diciendo que era uno de los mejores pintores pagados y ya estaba casado, la agonía volvió en aquella chica, haciendo que ella fuera cada día, de su vida a aquel lugar para recordarlo.